Uno tras otro, pasan. Buenos y malos, vienen y van... algunos quedan, grabados en cada célula de tu cuerpo. Cada sensación que se queda es oxígeno para tu alma cuando esta perdida. Por favor...recuerda
Esa necesidad de que el alma hable, a veces susurrando, a veces chillando, pero necesidad a fin de cuentas, de expresarme, de sentirme, de vivirme, pero sobre todo, de salvarme.