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Molesta es hoy mi palabra


Buenos días,
se suele decir.
Cualquier mañana
de cualquier día.
Muchos por pura cortesía,
y algunos,
con hiriente ironía.
Mas estos
hoy a mi
me salen del sentir
de mi casi alma.
Digo casi
por no decir nada,
pues hoy ando molesta.
Que no digo inquieta
ni furiosa o hambrienta.
Aunque si miro ahí,
donde el vacío pasa
sin pena ni gloria,
hambre hay,
de eso,
de gloria.

Molesta,
esa es hoy mi palabra.

Molesta el día.
Molesta el calcetín.
Molesta la bruma.
Molesta la gente que grita.
Molesta el niño y su pelota.
Molesta el camarero,
¡maleducado!
Molesta la bocina
del coche que pita
al coche que para
en doble fila.
Molesta la bici
y el "biciclista"
que casi me pilla.
Molesta la acera
con la baldosa suelta
que salpica.
Molesta la política.
Molesta la injusticia.
Molesta el hambre
de los pobres
olvidados de la vida.
Molesta la vida
de los que la desperdician.

Molesto yo
con tanta molestia.

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