Ir al contenido principal

Décimas I - Oh poetisa

Nada sabía yo de ti
soñar era mi sin vivir
sonrisa puesta y fingir
habitándome sola a mí.
Desperté el día que te vi
en medio de mi olvido,
hasta ayer asumido,
blandiendo una sonrisa
como arma y premisa
de aquel amor perdido.

No es lo más sencillo amarte
de tu parte ceusta estar,
fácil es aparentar
mas no quiero silenciarte.
Te eriges en mi baluarte
en este mundo mundano
que no te da ni la mano
sin pedir nada a su cambio,
juego de trato y concambio
de pose y gran circo humano.

Aquí y ahora sin embargo
el universo susurra
alto y claro, gloria y un hurra,
y despierto del letargo.
Asumo grata este encargo,
desplegaré la sonrisa,
aparcaré hasta la prisa,
nunca lloraré sin alma,
soñaré despierta y en calma
mil y un letras, oh poetisa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No hables sino quieres

No hables sino quieres, los silencios a veces curan. Pero a veces, matan. De suicidios silenciosos están llenos los periódicos, y las calles. Los veo todos los días, en esos rostros que se disfrazan para ser uno más, y en esas miradas que se esconden para ser uno menos. Siempre en pié, siempre corriendo, por esas calles en las que todos piden paso sin gracia ni perdón, o un pedazo del pan de cada día, y los más incautos, una casa hipotecada (de por vida). ¿Pero, qué vida? Esa que esconden en los sueños que matan, los que te vende una sociedad civilizada, esa que no habla, que no mira, y que pisa. Pero tu calla, calla y come, y como con la boca llena no se habla, calla, y come más. Ya hablarán ellos, y ellas, los que no dicen nada, los que te ponen la comida en la boca, y luego te la quitan, los de la foto bonita. Como te iba diciendo, no hables sino quieres. Pero el silencio, mata.

¿Con qué te quedas...?

Qué te puede dejar un lunes cualquiera. Agobio, ilusión... Una sonrisa que te regalan al pasar. O ese calor que se pega a tu piel, a veces reconfortándote, a veces agobiándote. O esas gotas de lluvia que te refrescan al caer y se llevan la aspereza. O cuatro monedas encima de la mesa... ¿Con qué te quedas?