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Tengo el sentimiento revuelto

Tengo el sentimiento revuelto.
Ahí anda,
(an)dando vueltas
de las tripas hasta la cabeza.
No para quieto.
Remueve miedos.
Nauseabundo el corazón
el aliento,
el lamento,
mi ego.
La cuerda estira,
tira,
marea las ideas,
ahoga las entrañas.
Chilla,
grita,
de pronto corre
y sube hasta la garganta,
por un momento,
casi (lo) vomito,
pero se (me) quedó
dentro,
en el fondo,
muy adentro

Comentarios

  1. Creo que este tipo de poesía va más contigo y la dominas mejor que al hacer versos más extensos :) Me gusta más que la última por eso mismo.

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    Respuestas
    1. Tomo nota. A mi también me gusta más hacerlo así.
      Gracias :)

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No hables sino quieres

No hables sino quieres, los silencios a veces curan. Pero a veces, matan. De suicidios silenciosos están llenos los periódicos, y las calles. Los veo todos los días, en esos rostros que se disfrazan para ser uno más, y en esas miradas que se esconden para ser uno menos. Siempre en pié, siempre corriendo, por esas calles en las que todos piden paso sin gracia ni perdón, o un pedazo del pan de cada día, y los más incautos, una casa hipotecada (de por vida). ¿Pero, qué vida? Esa que esconden en los sueños que matan, los que te vende una sociedad civilizada, esa que no habla, que no mira, y que pisa. Pero tu calla, calla y come, y como con la boca llena no se habla, calla, y come más. Ya hablarán ellos, y ellas, los que no dicen nada, los que te ponen la comida en la boca, y luego te la quitan, los de la foto bonita. Como te iba diciendo, no hables sino quieres. Pero el silencio, mata.

¿Con qué te quedas...?

Qué te puede dejar un lunes cualquiera. Agobio, ilusión... Una sonrisa que te regalan al pasar. O ese calor que se pega a tu piel, a veces reconfortándote, a veces agobiándote. O esas gotas de lluvia que te refrescan al caer y se llevan la aspereza. O cuatro monedas encima de la mesa... ¿Con qué te quedas?