Ir al contenido principal

Verso versos



 (intro)verso Soraya Benítez
(adaptación)

Verso versos, algunas veces.

En ellos me vierto para olvidar los olvidos en un escueto encuentro de sentidos exaltados. Acariciando lamentos de viejas historias que se escriben con tinta amarga. Lento, sin saber a dónde lleva el camino, si es de ida o sólo te lleva de vuelta a ese rincón en el que me pierdo cada vez que te escribo, cada vez que te leo.

Verso a verso me sumerjo en un mundo donde hay hielos ardientes y fuegos fríos. Muros que te llevan al cielo y bosques encantados que se tragan tu silueta reflejada. Mil caretas y una sola puerta de entrada o salida. Hay tantas descabelladas letras que, de pronto, se juntan para acariciarte, desgarrarte, amarte, ahogarte, sonreírte, abrazarte, abofetearte, insultarte, susurrarte, gritarte…

Entre verso y verso las palabras se pierden en un vasto universo de posibilidades, y la poesía las encuentra, las junta y forma esa hermosa melodía que suena donde los oídos del mundo no escucha, pero el alma siempre espera.

Tan solo uno basta, tan solo uno para construir un mundo o destruirlo. Tuyo o mío. Infinito cual estrella. Aquí empieza, pero nunca se sabe dónde termina.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No hables sino quieres

No hables sino quieres, los silencios a veces curan. Pero a veces, matan. De suicidios silenciosos están llenos los periódicos, y las calles. Los veo todos los días, en esos rostros que se disfrazan para ser uno más, y en esas miradas que se esconden para ser uno menos. Siempre en pié, siempre corriendo, por esas calles en las que todos piden paso sin gracia ni perdón, o un pedazo del pan de cada día, y los más incautos, una casa hipotecada (de por vida). ¿Pero, qué vida? Esa que esconden en los sueños que matan, los que te vende una sociedad civilizada, esa que no habla, que no mira, y que pisa. Pero tu calla, calla y come, y como con la boca llena no se habla, calla, y come más. Ya hablarán ellos, y ellas, los que no dicen nada, los que te ponen la comida en la boca, y luego te la quitan, los de la foto bonita. Como te iba diciendo, no hables sino quieres. Pero el silencio, mata.

¿Con qué te quedas...?

Qué te puede dejar un lunes cualquiera. Agobio, ilusión... Una sonrisa que te regalan al pasar. O ese calor que se pega a tu piel, a veces reconfortándote, a veces agobiándote. O esas gotas de lluvia que te refrescan al caer y se llevan la aspereza. O cuatro monedas encima de la mesa... ¿Con qué te quedas?