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Día

Vivimos en ciudades sin palabras, llenas de prisas y personas cercanas, pero a kilómetros de miradas.
Pasos sin premeditación, programados, aceras cruzadas sin mirar y accidentes, que algunas (tristes) veces, ponen punto y final a un rutinario llanto.
Si voy por la calle, y te sonrío, por favor, no me apartes los pies, fue un gran esfuerzo el que hice, intenté no ser yo y ser más tú por un instante.
No creas que es valentía, ni locura, o créelo, si así me siento mejor, acto reflejo puede que fuera, escapando de la vida que día tras día intento vivir sin vivirla.

Comentarios

  1. El tiempo va demasiado deprisa... no reparamos en nada, menos aún, en lo importante. Me parece bonita tu sonrisa a la vida, a la gente. ¡Yo no te apartaré los pies si nos vemos! :P

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No hables sino quieres, los silencios a veces curan. Pero a veces, matan. De suicidios silenciosos están llenos los periódicos, y las calles. Los veo todos los días, en esos rostros que se disfrazan para ser uno más, y en esas miradas que se esconden para ser uno menos. Siempre en pié, siempre corriendo, por esas calles en las que todos piden paso sin gracia ni perdón, o un pedazo del pan de cada día, y los más incautos, una casa hipotecada (de por vida). ¿Pero, qué vida? Esa que esconden en los sueños que matan, los que te vende una sociedad civilizada, esa que no habla, que no mira, y que pisa. Pero tu calla, calla y come, y como con la boca llena no se habla, calla, y come más. Ya hablarán ellos, y ellas, los que no dicen nada, los que te ponen la comida en la boca, y luego te la quitan, los de la foto bonita. Como te iba diciendo, no hables sino quieres. Pero el silencio, mata.

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