A veces no me soporto.
No te soporto.
Tu olvido.
Ese aire de tormenta que nunca enseñas
a pesar de lo que arrasas.
El no pasa nada.
El estoy bien.
La risa fácil
de un emoticono gratis.
La vida que pasa.
Y la que pesa
sin que tú hagas ni una mueca.
No hay fichas,
ni tablero
ni partida
No sé lo que hay.
Lo que no hay
es lo que nos queda.
Nada.
Hoy me pillo por banda el tumulto. Se me arremolinó dentro y estuvo inquieto. Mirando por aquí y luego por allá. Estrujando, apretando, me asustó, me irritó, por momentos me enfadó y hubo un instante en el que me estranguló la vida, con doña angustias de por medio. Como un cuento de miedo, de los que empiezan con muerte del yo y en todo su auge destripan el día hasta que te caes rendida ante la realidad de la vida. Y parece mentira lo que cansa tanto remolino dando vueltas. Nadas a contracorriente desde que amaneces, y aunque con todas tus fuerzas intentes alcanzar ese lugar donde tocas pie y te sientes medio segura, la resaca te arrastra al medio de ese sitio en el que no te ahogas. Pero te hundes, te hundes y tragas agua hasta que el aire ya no se siente. Agotada ando, arrastrando cuerpo y sujetando mente. No se por cual empezar el mantenimiento... ¿alguna sugerencia demente?
Comentarios
Publicar un comentario