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Cambia...crece

Cambio, esa palabra a la que todos tenemos miedo. Los cambios nos descolocan, hacen tambalear esa "comodidad" de la que nos hemos rodeado cual muro protector que nos aísla de lo que no conocemos. Pero ese muro es irreal y la comodidad un sueño.
Todo en esta vida cambia, el cambio es el motor que mueve el mundo, porque sino fuera así, seguramente hoy no estaríamos aquí. Sin cambios no hay avance, sin cambios no hay vida. Cambiamos para avanzar, cambiamos para mejorar, cambiamos para seguir viviendo, cambiamos para crecer.
Los árboles más robustos son los que más veces han cambiado, los que cada otoño han perdido sus hojas para renacer con la primavera, si cabe más altos, si cabe más fuertes, si cabe más sabios.
No dejes de crecer nunca...¡cambia!

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No hables sino quieres, los silencios a veces curan. Pero a veces, matan. De suicidios silenciosos están llenos los periódicos, y las calles. Los veo todos los días, en esos rostros que se disfrazan para ser uno más, y en esas miradas que se esconden para ser uno menos. Siempre en pié, siempre corriendo, por esas calles en las que todos piden paso sin gracia ni perdón, o un pedazo del pan de cada día, y los más incautos, una casa hipotecada (de por vida). ¿Pero, qué vida? Esa que esconden en los sueños que matan, los que te vende una sociedad civilizada, esa que no habla, que no mira, y que pisa. Pero tu calla, calla y come, y como con la boca llena no se habla, calla, y come más. Ya hablarán ellos, y ellas, los que no dicen nada, los que te ponen la comida en la boca, y luego te la quitan, los de la foto bonita. Como te iba diciendo, no hables sino quieres. Pero el silencio, mata.

¿Con qué te quedas...?

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