Te vestí de invierno,
una mañana en medio del cielo abierto.
Te vestí despacio,
en un intento de no hacerte daño.
Vestí tu cuerpo desnudo
cubierto de espuma y salitre.
Nadie se dio cuenta del daño que había tras las vestiduras.
Ni tan siquiera notaron tu rictus ausente.
Ahora ya no importa lo que digan,
el miedo a perdernos seguirá presente
mas, yo, volveré a vestirte siempre.
Texto y foto @nuria_sobrino
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