Me acerco y te miro
y al mirarte sabes que me veo.
Me veo en tus palabras,
en tus sentimientos,
en tu anhelo,
en tu recorrido
que te llevó hasta el mío.
Me sereno al contemplar tan bello paisaje,
laguna verde, acogedora y tan hermosa.
Tu serenidad apaga mi ansia
cuando lloro y mis lágrimas descansan en tu mirada,
y esos pececillos tan inquietos
que rondan cada día por mis aguas,
antes revueltas,
hoy tranquilas,
se calman.
Desde que me veo.
Desde que te veo.
Al mirarte.
Al mirarme.
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