Algún día |
El hambre de tantos años,
se acumula en el centro de todo lo que eres.
La mayor parte de los días no molesta,
simplemente duerme,
pero a ratitos abre los ojos y se despierta.
Ruge,
se remueve,
grita
y llora desesperado,
hasta que consigue oírte, y vuelve a dormirse.
Son esos momentos,
de desesperación,
de anhelo.
Son esos momentos,
en los que te rompes,
en los que mueres un poquito
por dentro.
Día tras día
te va quedando menos.
Día tras día
repites tu verdad.
Algún día...
el hambre se irá.
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