Decir: “te quiero”,
diré
si te miento.
Decirte: “quiero
ver un mañana
en tu olvido”.
Despertar del sueño
que te viste de seda
en un mundo de cuero.
Borrar las tormentas
que calan los huesos
―y el alma―
como la niña pequeña
que ensaya caligrafía
corrigiendo las letras torcidas.
Decirte: “no quiero mirarte”,
pero te miro porque no puedo
dejar de hacerlo.
Cómo cuesta despegarse
de los besos,
de los recuerdos.
Voy a descoser
todos mis bolsillos
para que salga
la calderilla,
que deja la bolsa llena
de peso sin valía.
Por eso, decir: “te quiero”
es algo
que ya no puedo
decir contigo.
Despegarme
quiero.
Despegarme
de la que vuelve
para quedarse
cuando yo no quiero,
cuando ya me he ido.
Despegarme
las dudas
y las excusas
que disparan las mentiras
con dirección
de ida y vuelta.
Despegarme
del camino
de tus vértebras
donde llevo atadas
mis manos
en un abrazo suicida.
También, pegadas
a mis costillas
llevo tus sonrisas
y, a mis piernas,
tus caricias.
Despegarme
digo que quiero
cuando tu foto
escondo debajo
de mis bragas
al fondo del armario.
“Despegarme quiero”
―te digo y te miento.
Quinta colaboración:
Nuria Sobrino
y si te digo la verdad... te miento
ResponderEliminarPero que nunca sea una de esas mentiras piadosas...
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