Tan cierto como la fuerza de la inmensidad que nos rodea,
es la debilidad que nos forma como diminutas partículas*.
(Hombrecito, no eres más ni eres menos, ERES)
*NOTA: sin partículas, no hay nada, ellas son la salsa de la vida.
Esa necesidad de que el alma hable, a veces susurrando, a veces chillando, pero necesidad a fin de cuentas, de expresarme, de sentirme, de vivirme, pero sobre todo, de salvarme.
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